Para continuar con la serie sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU, ahora nos referimos al objetivo de Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.

Los años de 2016 y 2020 son los más cálidos desde que se tiene registro en la historia, de acuerdo con Berkeley Earth. Este mismo instituto predice que 2023 tiene 81% de probabilidades de romper el récord de los años anteriores, luego de registrar el mes de junio más cálido en la historia.

El acuerdo de Paris (2015) busca limitar el aumento de la temperatura promedio de la Tierra a un máximo de 1.5°C. Sin embargo, cada vez hay más meses que superan este incremento. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) designado por la ONU, por cada aumento de 1°C, se genera una afectación de 5% en la producción global de cereales.

Ello sin considerar el alza en el nivel del mar. De acuerdo con la Agencia Ambiental de Estados Unidos (EPA), este nivel ha aumentado 21.88 cm entre 1800 y 2021. De acuerdo con estimaciones de la ONU, el océano podría ascender 76.2 cm hacia 2100, suficiente para poner a muchas ciudades costeras en severos riesgos de inundación.

Por ello, el ODS número 12 propone las siguientes metas para 2030:

  • Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países
  • Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales
  • Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana
    • Cumplir el compromiso de los países desarrollados que son partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de lograr para el año 2020 el objetivo de movilizar conjuntamente 100,000 millones de dólares anuales procedentes de todas las fuentes a fin de atender las necesidades de los países en desarrollo respecto de la adopción de medidas concretas de mitigación y la transparencia de su aplicación, y poner en pleno funcionamiento el Fondo Verde para el Clima, capitalizándolo lo antes posible
    • Promover mecanismos para aumentar la capacidad para la planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, haciendo particular hincapié en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas

El documento de la ONU sobre los ODS reconoce que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es el principal foro intergubernamental internacional para negociar la respuesta mundial al cambio climático.

Para medir su resiliencia a desastres naturales, México emplea como indicador el total de muertos, desaparecidos y afectados totales por cada 100,000 habitantes, de acuerdo con INEGI. El año 2021 fue inusualmente bajo, con 276.5 afectados por cada 100,000, luego de un pico histórico de 16,051, ocasionado por el terremoto de 2017.

Por otro lado, el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero es una colección de datos por parte del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), que aporta estadísticas anuales sobre la emisión de estas sustancias a la atmósfera, por parte de la economía mexicana. De acuerdo con INECC, México llegó a su máximo de emisiones de CO2 en 2016, cuando registró 600,401.43 gigagramos de CO2 equivalente (Gg de CO2e). En 2019, de acuerdo con el último dato disponible, esta cantidad es de 557,560.35 Gg de CO2e.

Organismos como el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) y Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y El Caribe (GFLAC) y el Observatorio Mexicano de Política en Cambio Climático han criticado la transparencia de los recursos para combatir el Cambio Climático en México y ha solicitado más gasto destinado a este fin.

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