Los océanos proveen de alimento a la humanidad, más de 3,000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina para su sustento. Además, regulan el clima y generan la mayor parte del oxígeno que respiramos, dice el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP). Los océanos absorben hasta 30% del dióxido de carbono producido por la humanidad, amortiguando el calentamiento global.

Sin embargo, la humanidad está contaminando y acidificando gravemente a los mares del planeta. Toneladas de residuos terminan en el mar cada año, mientras que 80% de las aguas negras llegan sin ningún tratamiento al mar. Igualmente, la sobrepesca está amenazando los ecosistemas marinos, afectando por tanto la alimentación de millones de personas.

Debido a ello, el ODS 4 tiene las siguientes metas:

  • Para 2025, prevenir y reducir significativamente la contaminación marina de todo tipo, en particular la producida por actividades realizadas en tierra, incluidos los detritos marinos y la polución por nutrientes.
  • Para 2020, gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros para evitar efectos adversos importantes, incluso fortaleciendo su resiliencia, y adoptar medidas para restaurarlos a fin de restablecer la salud y la productividad de los océanos
  • Minimizar y abordar los efectos de la acidificación de los océanos, incluso mediante una mayor cooperación científica a todos los niveles
  • Para 2020, reglamentar eficazmente la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas, y aplicar planes de gestión con fundamento científico a fin de restablecer las poblaciones de peces en el plazo más breve posible, al menos alcanzando niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible de acuerdo con sus características biológicas
  • Hacia 2020, conservar al menos el 10% de las zonas costeras y marinas, de conformidad con las leyes nacionales y el derecho internacional y sobre la base de la mejor información científica disponible
  • Haca 2020, prohibir ciertas formas de subvenciones a la pesca que contribuyen a la sobrecapacidad y la pesca excesiva, eliminar las subvenciones que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y abstenerse de introducir nuevas subvenciones de esa índole, reconociendo que la negociación sobre las subvenciones a la pesca en el marco de la Organización Mundial del Comercio debe incluir un trato especial y diferenciado, apropiado y efectivo para los países en desarrollo y los países menos adelantados. Teniendo en cuenta las negociaciones en curso de la Organización Mundial del Comercio, el Programa de Doha para el Desarrollo y el mandato de la Declaración Ministerial de Hong Kong.
  • De aquí a 2030, aumentar los beneficios económicos que los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo
    • Aumentar los conocimientos científicos, desarrollar la capacidad de investigación y transferir tecnología marina, teniendo en cuenta los Criterios y Directrices para la Transferencia de Tecnología Marina de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, a fin de mejorar la salud de los océanos y potenciar la contribución de la biodiversidad marina al desarrollo de los países en desarrollo, en particular los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados
    • Facilitar el acceso de los pescadores artesanales a los recursos marinos y los mercados
    • Mejorar la conservación y el uso sostenible de los océanos y sus recursos aplicando el derecho internacional reflejado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que constituye el marco jurídico para la conservación y la utilización sostenible de los océanos y sus recursos, como se recuerda en el párrafo 158 del documento “El futuro que queremos”.

En México, de acuerdo con el Sistema de Monitoreo de Manglares de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la superficie de manglares había subido a 905,086 hectáreas para 2020, desde un mínimo de 764,774 en 2010.

Luego de un importantes adiciones en 2016, cuando se sumara la Reserva de la Biósfera del Caribe, con 5,700 millones de hectáreas, en México 22.05% de las zonas marítimas han sido declaradas zonas protegidas. El dato es provisto por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Sin embargo, el presupuesto para Investigación Científica y Desarrollo Experimental asignado a la Secretaría de Marina ha caído a 0.29% del presupuesto del gobierno federal, desde un 1.33% en 2012. Esto, de acuerdo con el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt). Dirección de Planeación y Evaluación con información de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal.

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