Para continuar con la serie sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU, ahora nos referimos al objetivo de Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad.

La degradación de los ecosistemas en todo el mundo es una amenaza para la humanidad, debido a que la pérdida de biodiversidad incide en la desertificación del planeta, y en el cambio climático. El mundo pierde rápidamente gran parte de su belleza y con las selvas y bosques mueren quizá especies incógnitas que podrían aportar a la medicina y salud humanas.

Además de ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha encontrado que la amenaza a los ecosistemas está produciendo un aumento en las epidemias zoonóticas en los últimos años. Esto es, enfermedades nuevas, que se producen por el contacto entre personas y animales salvajes, que por razones como el desplazamiento de su hábitat se acercan a los centros de población.

La epidemia de Covid-19 fue zoonótica, por lo tanto PNUMA propuso en su momento una serie de medidas para prevenir nuevas pandemias, entre las que se encuentran transformar la relación de la humanidad con el medio ambiente. Una forma de hacerlo es que los países se unan a los acuerdos por la Biodiversidad Global post 2020 y por Gestión de Químicos y Desechos post 2020.

También, para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas de todo el mundo, la ONU declaró la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).

Debido a ello, el ODS 15 tiene las siguientes metas:

  • Para 2020, velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios que proporcionan, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales
  • Promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados e incrementar la forestación y la reforestación a nivel mundial
  • Para 2030, Luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo
  • Para 2030 velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica, a fin de mejorar su capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible
  • Adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de la diversidad biológica y, para 2020, proteger las especies amenazadas y evitar su extinción
  • Promover la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y promover el acceso adecuado a esos recursos, como se ha convenido internacionalmente
  • Para 2020, adoptar medidas urgentes para poner fin a la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas de flora y fauna y abordar la demanda y la oferta ilegales de productos silvestres
  • Adoptar medidas para prevenir la introducción de especies exóticas invasoras y reducir de forma significativa sus efectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos y controlar o erradicar las especies prioritarias
  • Integrar los valores de los ecosistemas y la diversidad biológica en la planificación nacional y local, los procesos de desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad
    • Movilizar y aumentar de manera significativa los recursos financieros procedentes de todas las fuentes para conservar y utilizar de forma sostenible la diversidad biológica y los ecosistemas
    • Movilizar un volumen apreciable de recursos procedentes de todas las fuentes y a todos los niveles para financiar la gestión forestal sostenible y proporcionar incentivos adecuados a los países en desarrollo para que promuevan dicha gestión, en particular con miras a la conservación y la reforestación
    • Aumentar el apoyo mundial a la lucha contra la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas, en particular aumentando la capacidad de las comunidades locales para promover oportunidades de subsistencia sostenibles

En México, de acuerdo con datos de Semarnat, la superficie forestal en México ha permanecido sin cambio en los últimos cuatro años, en 34.3% de la superficie total. La proporción de tierras protegidas respecto del total era de 10.94% en 2022, sin muchos cambios en los últimos años.

Actualmente, 46.6% de los anfibios mexicanos están en peligro de extinción, lo mismo que 46.2& de los reptiles y 44.6% de los mamíferos.

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