Es cierto que lo mejor que podemos hacer por el medio ambiente es reciclar, reusar y reducir, y eso debe seguir estando en el centro de nuestra atención. Sin embargo, de cuando en cuando conocemos algunas tecnologías disruptivas que buscan ofrecer soluciones adicionales a la contaminación y el cambio climático.

En mi opinión, ¡bienvenidas! Siempre y cuando esto no desvíe la atención de mejorar nuestros patrones de consumo y el manejo que le damos a los materiales. La innovación siempre ha sido uno de los grandes recursos con los que cuenta la humanidad para sobrevivir y prosperar, aún a partir de los problemas que creamos nosotros mismos.

Vale la pena echarles un vistazo, porque hay algunas invenciones que ya no están esperando ver si les dan permiso, y ya entraron en acción.

Cuidado del aire:

Un recubrimiento que limpia el aire. Hace poco supe de una empresa originada en México que tiene un proceso certificado de Fotocatálisis. Se trata de una sustancia producida con nanotecnología, que se esparce en superficies como el cemento, las fibras textiles, la pintura y el plástico, con métodos sencillos como un spray. Pues resulta que, de acuerdo con los fundadores de Breet, este recubrimiento produce una reacción parecida a la fotosíntesis con la luz del sol (o incluso luz ultravioleta artificial). Esta reacción limpia el aire alrededor, degradando sustancias tan peligrosas como el óxido nitroso y el óxido de azufre, partículas que también producen los motores de combustión interna, y que resultan muy perjudiciales para la salud.

De acuerdo con los fundadores, este recubrimiento también afecta a virus y bacterias que tienen la mala suerte de pasar por ahí, y de paso elimina malos olores. ¡Nada mal! Quizá el efecto de un solo edificio recubierto con este material no sea significativo, pero si esto llega a generalizarse a los millones de metros cuadrados de construcción que se encuentran en la ciudad, tal vez el beneficio sería muy amplio.

Cuidado del agua:

The Ocean Cleanup: Esta iniciativa tiene muy poco tiempo: fue fundada en 2014 por el holandés Boyan Slat a los 20 años. Hoy tiene un tamaño gigantesco y es fondeada por empresas que van desde Coca Cola, KIA y Maersk hasta el grupo de rock Coldplay. Este chavo ha sabido aplicar sus conocimientos a una serie de invenciones que parecen funcionar. Su objetivo es eliminar los residuos que llegan al mar.

Entre las herramientas que más destacan de The Ocean Cleanup están sus barreras flotantes, que crean lo que llaman una “costa artificial”. Imagínate una red de pesca, sin red, sólo una enorme línea curva, que aprovecha las corrientes marina o utilizan un ligero impulso para acorralar los residuos flotantes. Esto les ha permitido captar cientos de toneladas de material sin afectar a la fauna marina.

Pero la organización también cuenta con “interceptores”. Este emocionante nombre se les da a unas barcazas con brazos flotantes que navegan por los grandes ríos, capturando masas de residuos flotantes antes de que lleguen al mar. A veces hay que darle confianza a soluciones que parecen ser muy sencillas, pero funcionan muy bien.

Mr. Trash Wheel: Ahora que, si quieres ver algo simpático, pero de menor escala. Hay que revisar cuatro barquitos que limpian los desechos de la bahía de Baltimore, como grandes comelones de plástico, que usan la misma tecnología de barreras flotantes.

Waste Shark: un dron automático que navega por la bahía reuniendo los residuos flotantes.

Limpieza de playas: Lo que ha podido surgir por decenas son las organizaciones que buscan la limpieza de los océanos. Hay organizaciones como Clean Ocean Project, Ocean Blue Project, Ocean Wise, The Ocean Foundation y con presencia en México Oceana.

La mayoría aportan su grano de arena a través de organizar voluntarios y recabar fondos para investigar, documentar rutas de los residuos y, sobre todo, organizar limpieza de playas. Hoy se montan grandes operativos en las playas para filtrar materiales de la arena, llevando la limpieza a un nuevo nivel.

En ese sentido, la canadiense Hoola One diseñó una tecnología capaz de filtrar arena a gran velocidad, capturando cualquier residuo revuelto en ella.

Generación de energía:

Aguas residuales en energía. De vuelta en México, anda por ahí una start up que aprovecha una tecnología desarrollada en este país y que ya está patentada bajo el nombre de Aquox. La invención es de una científica del estado de Yucatán, y consiste, grosso modo, en una fosa séptica capaz de procesar lo residuos orgánicos domésticos para convertirlos en energía verde. Esta tecnología puede ser de gran provecho para esta región, en donde se utilizan mucho las fosas. Combinándolas con el solazo que siempre cae en la península, podrían hacer de ella una potencia energética.

Está visto que no hay como el cumplimiento de metas en reciclaje y reducción de emisiones de carbono, pero da mejores esperanzas el pensar que hay cerebros en el mundo capaces de ir en sentido inverso del rumbo que parecía seguir inevitablemente la humanidad. Esto es mejor que el Net Zero, porque es positivo para el medio ambiente.

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