La contaminación ambiental no sólo viene de fuentes obvias como la combustión o nuestros residuos inorgánicos. Una fuente importante es tu ropa, en forma de microplásticos textiles. Las pequeñas fibras que se desprenden de las prendas son parte importante del plástico que contamina los océanos del mundo. Resulta tan obvio, pero tiene tan poca visibilidad. La llegada de materiales como el nylon o el poliéster revolucionó la industria textil en el siglo XX, al ofrecer telas capaces de imitar características de los materiales que tradicionalmente nos vestían, a precios más bajos. Esto fue claramente un gran salto para la economía del siglo pasado: una alternativa para vestir a la humanidad.
