La temporada de posadas y festejos decembrinos ha comenzado, en estas fechas la generación de residuos plásticos se incrementa cerca del 25%, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ahora bien, el que estos desechos se conviertan en residuos tirados al aire libre, a un vertedero o que sean reincorporados a la cadena de valor está en manos del consumidor final.

Y es que la mayoría de los plásticos son productos que se pueden reciclar, y es que sabemos que la Navidad es una época llena de tentaciones en las que podemos caer fácilmente, así que enero se convierte en el mes de la resaca y de comenzar con propósitos positivos para mejorar nuestra persona, ¿pero qué hacemos con nuestro hogar, con nuestro planeta para ayudarlo con la resaca de estas fiestas?

El primer paso es TOMAR CONSCIENCIA de los productos que llegan a nuestras manos. Desde la envoltura de un regalo, el plato de unicel en el que recibimos nuestra cena, la envoltura de la televisión que compramos, todos estos materiales son reciclables, entonces es necesario identificarlos y separarlos.

El segundo paso es ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE NUESTROS RESIDUOS, una vez que hemos identificado los plásticos, vidrio, cartón, PET o cualquier tipo de material que llega a nuestras manos debemos separarlos y acopiarlos para que sea factible entregar al camión de la basura y se vayan en él; y aquellos que requieran ser trasladados a un Centro de Acopio vayan en las condiciones óptimas para su reintegración —libres de restos de comida, sin cintas adhesivas, no mojados, entre otros–. 

El tercer paso es EXTENDER LA CULTURA AMBIENTAL A NUESTROS CONOCIDOS, sabemos bien que la temporada navideña no sólo llega a un hogar, llega a todos, así que podemos invitar a nuestros vecinos y amigos a aprender a separar, identificar y acopiar e incluso crear grupos de traslado para que en un sólo viaje se lleven los residuos de todos los vecinos de la cuadra o edificio.

En la actualidad el plástico forma parte de nuestra vida cotidiana, está presente en un sinnúmero de productos y objetos, muchos de los cuales nos facilitan nuestro día a día, así que debemos ser responsables de ellos y lograr su reintegración a la cadena de valor. En nosotros se encuentra la posibilidad de generar basura o ser parte de la transformación de un consumo lineal a uno circular y benéfico para todos.

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