El auge del e-commerce crea retos importantes a los diseñadores y productores de empaques para millones de productos y alimentos que se entregan anualmente a domicilio. El empaque para el comercio electrónico es clave para una adecuada experiencia del cliente, tener presencia de marca y debe ser a la vez sostenible.

El disparo del comercio electrónico durante la pandemia de Covid-19 se combinó con un también agresivo aumento de los pedidos de comida a domicilio. Muchos miles de consumidores ordenaron a domicilio desde pizzas y sushi, hasta hamburguesas, taquitos y pozole. Muchos más ordenaron menús completos a domicilio, desde sopa hasta postre. Otros tampoco renunciaron a su café americano, capuccino, latte, chocolate, te u otras bebidas.

Por su parte la industria restaurantera se aferró a esta oportunidad con todas sus fuerzas, para luchar por su existencia. Sabemos que una parte de ese boom en la comida a domicilio terminó con el regreso a la nueva normalidad.

Sin embargo, el e-commerce se transformó en un fenómeno que se estima en 37,350 millones de dólares en 2023. Y el número de usuarios food delivery superó los 35 millones de personas en México en 2022. Este crecimiento plantea también retos alrededor de los empaques de productos y alimentos.

Por su carácter colectivo, es más fácil ver el cambio en los lobbies de los edificios de departamentos: están inundados de paquetes, que van desde cajitas pequeñas hasta refrigeradores. Por cierto, esto debería provocar un cambio en el diseño de los desarrollos de vivienda, y quizá generar uno o dos empleos más por edificio. Desarrollos con centros de logística incluidos… pero éste es otro tema.

La cuestión es que ahora mismo hay millones de envíos circulando por el país. Los negocios de e-commerce enfrentan grandes retos cuando se trata de los empaques que envían al consumidor. El primero es la experiencia de compra y la presencia de marca: el empaque es parte crucial del marketing, y existen cada vez más formas creativas para dirigirse al cliente, para captarlo o mantenerlo como comprador habitual.

El segundo reto es la sostenibilidad. El uso de materiales de empaque reciclables o reutilizables debe ser una prioridad en la mente del vendedor. Tanto por conciencia ambiental, como por la propia preferencia del cliente final, un empaque que pueda entrar de lleno en la economía circular es de gran importancia.

Por ejemplo, se ha mencionado que la caja de cartón café tradicional es la más fácilmente reciclable, así que se han buscado medios para mantener la presencia de marca, como cintas de embalaje, etiquetas adhesivas y otros elementos de diseño.

Igualmente se ha recurrido al armado de cajas sin pegamento o grapas que dificulten el desarmado y reciclado o reúso del cartón. También ya existen en el mercado bolsas de empaque reutilizables, que las propias mensajerías pueden recolectar en sus visitas a la última milla.

Otros fabricantes han optado por diseñar empaques tan bonitos que tiendan conservarse en el hogar como organizadores y contenedores domésticos. Algunos más, incorporan elementos de plástico compostables y buscan innovar en materiales que puedan entrar en la economía circular.

En este contexto, ¿Sabías qué el empaque de unicel sigue siendo idóneo como amortiguador en el caso de electrónicos?, y su papel en el envío de comida caliente es clave. El unicel no sólo es reciclable, sino que sigue siendo el material más eficiente en términos de costos. Es preciso recuperarlo y reciclarlo o reusarlo.

En este sentido, una buena forma de aumentar la sostenibilidad y mejorar la experiencia de compra es diseñar procesos para recuperar el unicel, por ejemplo, a través de los propios repartidores y mensajeros de última milla.

Esto no es sólo pertinente para negocios y mensajerías grandes. Algunos vendedores locales de comida podrían incorporar programas para que su cliente pase a depositar sus empaques de unicel, de manera que éstos puedan ser reciclados adecuadamente. Quizá se pueden crear incentivos, como descuentos o promociones a quien lleve el material en las condiciones debidas. Esto además de una buena ciudadanía corporativa, genera fidelidad.

El comercio electrónico es una gran adaptación del sector comercial minorista en todo el mundo, y ahorra millones de horas/persona. Pensar desde ahora en formas de aminorar su huella ambiental es de gran importancia. Afortunadamente hay muchas personas pensando en ello.

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