En colaboración con Gerardo Pedra, representante de la iniciativa Recicla Unicel.
En la entrada pasada de este blog, mencionamos el excelente Webinario que realizó
Recicla Unicel junto con la ANIPAC y la CANIPEC. Me quedé pensando que valdría la
pena ahondar en el tema de la función vital que el plástico tiene para proteger los
productos que más cerca están de nosotros (fuera de la comida, claro): los que fabrica la
industria del cuidado personal.
Cremas, shampoo, sérums capilares, pastas de dientes, enjuagues, lociones, perfumes,
geles, cosméticos: todos estos son productos que nos untamos, frotamos, embarramos,
restregamos o nos metemos a la boca, con el objetivo de cuidar nuestra piel, cabello,
sonrisa, aliento y apariencia.
Tenemos entonces que aceptar que los envases plásticos tienen ventajas reales y
relevantes para la industria de la piel y el cabello. Exploremos esos beneficios desde una
mirada ambientalmente consciente, explicando por qué el plástico, correctamente
diseñado y gestionado, es parte de la solución.
Protección y estabilidad del producto. Los envases plásticos técnicos (como PET,
HDPE o polipropileno) ofrecen una barrera muy eficaz contra la luz, el oxígeno y la
humedad, lo que ayuda a preservar activos sensibles como ácidos, vitaminas o fragancias
en productos para piel y cabello. Esta protección prolonga la vida útil y asegura que los
cosméticos mantengan su eficacia sin degradarse. Además, al reducir la entrada de
contaminantes, se minimiza el riesgo microbiológico, protegiendo nuestra seguridad y
salud. Qué sucedía antes cuando te ponías una crema que quizá habría estado meses
expuesta a los elementos, no quiero saber.
Menor huella por transporte. Uno de los grandes beneficios medioambientales del
plástico es su ligereza. Como afirma EsPlásticos, en un estudio de ciclo de vida se
encontró que en muchos escenarios los plásticos generan menos emisiones de gases de
efecto invernadero que alternativas como vidrio, metal o cartón.
Esto se debe a que su menor peso se traduce en menos combustible usado durante el
transporte, lo que beneficia logísticamente a las empresas y reduce la huella de carbono
por unidad de producto. Un estudio adicional de la British Plastics Federation confirma
este efecto positivo en las emisiones.
Reducción del desperdicio del producto. Los envases plásticos flexibles, tubos y
dispensadores con bomba o airless permiten una dosificación precisa. Esto significa
menos desperdicio: los usuarios pueden acceder al contenido hasta el final, sin que el
producto se quede pegado en las paredes del envase. Para fórmulas concentradas
(sérums, aceites, tratamientos), esto representa un ahorro real, tanto para el consumidor
como para la marca.
Dosificación segura e higiénica. Los diseños plásticos permiten incorporar mecanismos
como goteros, pipetas o bombas airless, que evitan la entrada de aire y la contaminación.
Esto es especialmente útil para preservarlas fórmulas sensibles y asegurar una aplicación
uniforme y controlada. Para ingredientes activos potentes, la dosificación consistente
garantiza eficacia y minimiza riesgos, como la degradación por oxidación o el crecimiento
microbiano.
Camino hacia la economía circular. Lejos de ser residuos permanentes, muchos
envases plásticos están siendo rediseñados para ser reciclables y contener material
reciclado posconsumo (PCR, por sus siglas en inglés). La iniciativa Commit for Our Planet
de Cosmetics Europe promueve precisamente este compromiso: trabajar en toda la
cadena de valor para mejorar la reciclabilidad, aumentar el contenido de PCR y optimizar
el ecodiseño.
La CANIPEC en México está siguiendo este propósito, como bien nos refirieron en el
Webinario, ya utilizan una gran proporción de PCR en sus productos.
Innovación en materiales. Pero además, la industria del empaquetado plástico invierte
activamente en soluciones más sostenibles. Esto incluye reducir el peso de los envases,
usar materiales mono-material para facilitar el reciclaje, utilizar plásticos biobasados o
desarrollar procesos avanzados como el reciclaje químico. Estas innovaciones permiten
conservar las propiedades técnicas (barrera, resistencia) al tiempo que se mejora la
circularidad.
Responsabilidad compartida
El plástico, como hemos dicho, no es un problema, sino un material con grandes
oportunidades si se diseña, procesa y gestiona con responsabilidad. Beneficios como la
protección de fórmulas, la reducción de emisiones en transporte, la eficiencia de uso y la
dosificación segura son muy reales para la industria del cuidado personal. Pero esos
beneficios solo se sostienen si vamos más allá de la producción: necesitamos
compromiso para cerrar el ciclo mediante reciclaje, uso de PCR y un marco regulatorio
que promueva la economía circular en lugar de la prohibición.
El plástico debe formar parte del camino hacia una cosmética más sostenible, siempre
que su uso esté acompañado por diseño inteligente, innovación, transparencia y un
sistema de reciclaje eficiente.
