Este artículo ha sido posible gracias al conocimiento generosamente compartido por nuestros amigos de ‘Casa Garambullo’ el primer huerto orgánico 100% certificado en México y el cual se encuentra en Peotillos, San Luis Potosí, México.
El huerto urbano se ha vuelto cada vez mas popular en tiempos de confinamiento debido a la pandemia ya que nos permite estar en contacto con la naturaleza y sus ciclos siendo una actividad sumamente gratificante, sobre todo si se realiza de la manera tradicional, es decir, en familia.
Por otra parte, el concepto de ‘huerto urbano’ se ha vuelto muy flexible y en general se refiere al cultivo de especies para consumo humano (hortalizas) en la ciudad, por lo que ya sea que vivamos en un departamento y solo podamos realizar siembra en maceta, o que contemos con una terraza, una azotea, o los más afortunados que cuentan con un jardín, siempre tendremos alternativas para para llevar a cabo dicha actividad.
Si estás leyendo este artículo es por que probablemente te estás planteando la posibilidad de hacer un pequeño huerto urbano o casero y quieres conocer un poco más acerca del proceso y todo lo necesario para tener éxito en esta empresa o simplemente tienes curiosidad y quieres saber si realmente es para ti o si vale la pena.
De antemano es importante tomar en cuenta que no existe un articulo que pueda abarcar todo lo que implica el llevar a cabo un huerto orgánico ya que es un tema tan vasto como la variedad de plantas comestibles que existen, los tipos de clima, suelos, agua, espacio disponible y en algunos casos hasta posturas ideológicas y políticas. Abordaremos brevemente cada uno de estos aspectos y trataremos de orientarte para que realices las búsquedas de información adecuadas a tus necesidades y puedas adentrarte en el fascinante mundo de los huertos orgánicos.
El contexto
Como arquitecto especializado en diseño sustentable, soy muy consciente de que el contexto (clima, orientaciones, asolamiento, disponibilidad de agua, etc.) es la base de cualquier diseño exitoso y en armonía con el medio ambiente, esto es particularmente cierto para el diseño de un huerto orgánico. Ya que el contexto determina la época de siembra y cosecha, el tipo de cultivos que tendrán mayor probabilidad de éxito y nos ofrecerán mejores rendimientos.
Al estudiar el clima y las plantas compatibles con la región del mundo en el que vivimos obtendremos plantas más saludables, con una menor propensión a plagas y enfermedades y eso se traducirá en la calidad de nuestras cosechas evitándonos algunas frustraciones en el camino.
Existen algunas preguntas que debes de plantearte y que te ayudaran a definir tu proyecto de huerto, todas son igualmente importantes y se relacionan íntimamente entre si. En primer lugar es importante plantearnos la pregunta:
¿De cuánto espacio dispongo para sembrar?
La respuesta a esta pregunta determinará el sistema de cultivo, si será en tierra (suelo), cajón de siembra o en maceta, y con ello podremos delimitar de manera realista el alcance de nuestros cultivos.
La buena noticia es que sin importar si dispones de metros cuadrados de jardín o algún espacio urbano que quieres convertir en un huerto (jardín comunitario), o si se trata de una terraza en un departamento, o tal vez sea una azotea que quieres aprovechar al máximo e incluso si se trata de una espacio en tu cocina existen cultivos que puedes desarrollar con éxito.

Si eres de los privilegiados que cuentan con un jardín y suelo natural con el cual trabajar, entonces la productividad que puedes esperar será mayor que en cualquier otro caso ya que el suelo es un ecosistema en sí, una microbiota que bien gestionada te puede dar un muy buen rendimiento en tus cultivos.
Para los casos de balcones y azoteas las opciones de siembra se limitan por el tamaño de las macetas que se emplearán y requerirán algo más de cuidados con especial énfasis en el abonado. Si éste es tu caso hay una palabra clave que te quiero dejar: ‘cajón de cultivo’, el cual es básicamente una maceta larga y rectangular hecha generalmente de madera y forrada en su interior con material impermeable que permite gestionar mejor la siembra en espacios reducidos.

Recuerda que hay árboles frutales que se pueden mantener de buen tamaño y productivos inclusive en macetas (siempre y cuando estas sean del tamaño adecuado).
Por otra parte si tu espacio es muy reducido puedes sembrar en maceta, en estos casos el cebollin, el ajo, la cebolla, y muchas plantas aromáticas (menta, hierbabuena, mejorana, romero, lavanda, orégano, tomillo por mencionar algunas) son excelentes opciones. Si te lo propones puedes ser auto suficiente. Por ejemplo en la producción de ajo ya que con unos cuantos ejemplares puedes decorar tu cocina y cosechar y replantar.
Aquí es bien importante que tomemos en cuenta la disponibilidad de luz natural. Si disponemos de sol abundante tener en cuenta que nuestras plantas sean amantes del sol (¡algunas se queman por el exceso de sol!). Si por otra parte disponemos de poco sol, siempre habrá especies que podremos cultivar bajo dichas condiciones, de ahí la importancia de investigar los requerimientos de nuestras plantas y sobre todo experimentar.
Es recomendable mantenernos creativos y tener en cuenta que todas las especies de plantas para consumo humano pueden también cumplir funciones decorativas sin perder de vista que lo que buscamos con un huerto urbano es principalmente complementar nuestra alimentación de manera saludable.
Tip: El exceso de riego es más perjudicial para las plantas que la falta de agua prefiere riegos espaciados y evita saturar el sustrato (no trates de proporcionar el agua de una semana en un día). Si siembras en maceta asegúrate de que estas tengas perforaciones en el fondo y una mezcla adecuada de sustrato para que drenen correctamente. Investiga si el riego por goteo es una opción viable para ti.
¿Cómo es el clima del lugar en el que vivo?
Esta pregunta también es fundamental ya que de ello dependen los tipos de plantas que podemos sembrar y la salud de las mismas. Lo aconsejable es investigar plantas compatibles con el clima en el que vivimos. Por ejemplo, yo vivo en el desierto así es que sembrar plátano o mango sería sumamente complicado ya que esas plantas requieren de mayor humedad y temperaturas templadas, por lo que sufrirían con el calor seco excesivo del verano como con las típicas heladas invernales de mi región.
La buena noticias es que hay una gran variedad de plantas comestibles que se pueden sembrar en cada región del planeta. Tal vez sea recomendable partir de las hortalizas que te gustan y que consumes cotidianamente o que te gustaría incorporar en tu dieta. Busca después en internet si son realmente compatibles con el clima en el que vives y tal vez te sorprendas con la variedad de especies que se adaptan fácilmente a tu región.
Una vez familiarizado con el tipo de clima y las plantas adecuadas a tu región, también es importante familiarizarnos con los cultivos según las estaciones del año ya que si sembramos indiscriminadamente y siguiendo exclusivamente nuestros gustos es probable que fallemos en los primeros intentos y nos desanimemos.
Aquí también hay un amplio margen para la experimentación y el aprendizaje ya que la idea es reconocer los ciclos de la naturaleza. Mientras que algunos cultivos dependen de la estación, existen algunos como la acelga, la lechuga, espinacas, rábano, zanahoria, y la rúcula que se pueden sembrar durante todo el año.

¿Qué es un cultivo orgánico?
Un cultivo orgánico es aquél que opera de manera similar a la naturaleza, en el sentido de que respeta los ciclos estacionales, idealmente se nutre de compost casero y evita por completo el uso de pesticidas y fertilizantes químicos ya que por lo general ambos requieren mucha energía para su producción, y son tóxicos. Contaminan el medio ambiente durante todo su ciclo de vida, al ser fabricados, y también durante su uso ya que son muy agresivos con la biota del suelo. Además, la mayoría son ecosistemicos por lo que penetraran el suelo, de ahí serán absorbidos por plantas e insectos, concentrándose según su tipo, en frutos y sus cascaras para finalmente ser consumidos por las personas.
Existe un amplio debate acerca de los efectos en la salud humano por las altas concentraciones de químicos en los cultivos industriales y quien guste puede ahondar en este apasionante tema el cual posee aristas políticas, económicas, sociales y culturales. Aquí las palabras clave de búsqueda recomendadas son: ‘revolución verde ventajas y desventajas’ para tener un panorama más amplio acerca de una pregunta fundamental. ¿De dónde provienen nuestros alimentos?
El compost es tal vez uno de los componentes más importantes del huerto orgánico ya que este aportara los nutrientes y micro organismos de alta calidad al suelo y a nuestras plantas. En el aspecto logístico, dependiendo del volumen de nuestro compost, es decir, de nuestros deshechos orgánicos sera el aporte de nutrientes. Si vives solo o en pareja, tal ves el volumen de materia orgánica sea pequeño y en función de este tendremos un área de siembra tal vez más pequeña o requeriremos complementar el aporte de nutrientes. Por el contrario, una familia grande dispondrá de más materia orgánica para nutrir un área de suelo mayor o una cantidad mas grande de macetas.
Lo importante si realmente estás interesada(o) en un huerto orgánico es que comiences por realizar el tipo compost que mejor se adapta al espacio del que dispones y a tú estilo de vida, ya que hay muchas maneras de compostar (lombricompost, compost de montón, de superficie, en caja, principalmente). Toma en cuenta que el proceso de descomposición de materia orgánica generalmente toma varios meses, mismos que te pueden servir para ir preparando poco a poco los materiales, el suelo y las especies de hortalizas que emplearas para tu huerto.

Tip: Recuerda que después de cada cosecha es recomendable aportar un poco de compost al suelo o a las macetas para seguir aportando nutrientes y así obtener alimentos mucho más nutritivos, sabrosos y saludables en cada cosecha.
Como ya lo mencioné antes, los pesticidas son ecosistémicos y de amplio espectro, esto significa que son químicos que contaminan a toda la cadena alimenticia ya que por su naturaleza, difícilmente se degradan en formas químicas menos agresivas con el medio ambiente. Un pesticida llega al suelo y con el riego al subsuelo, y al sistema de raíces del que se nutren las plantas. Estas absorben los químicos y los concentran en sus frutos y en el caso de las hortalizas, las hojas pueden estar cargadas de sustancias tóxica.

Por otra parte, no discriminan entre plagas e insectos benéficos por lo que son los principales enemigos de los polinizadores como abejas, abejorros y avispas. Recuerda que un huerto y un jardín sano son biodiversos por lo que es normal y un buen indicador de la salud de nuestro huerto el contar con variedad de insectos benéficos (es importante aprender a reconocer las plagas) por lo que la observación es parte fundamental para un huerto/cultivo exitoso.
Tip: Las plagas, hongos y enfermedades, se presentan después de la temporada de vientos fuertes o lluvias abundantes por lo que hay que estar al pendiente de nuestras plantas en dichas temporadas. Existe una gran variedad de remedios caseros para cada tipo de plaga por lo que es recomendable visitar foros y grupos de internet que seguramente te orientaran en caso de ser necesario.
Una receta que ayuda a combatir pulgones y algunos hongos consiste en hervir en un litro de agua, una cabeza de ajo y chiles picantes, una vez hervidos, se deja reposar la mezcla durante una noche y al día siguiente se puede emplear el líquido en atomizador para rociar las plantas que se encuentren afectas. También sirve para prevenir hongos y pulgones. Procura aplicar cada tercer día y hasta que desaparezca la plaga. El ajo es un potente fungicida mientras que los químicos presentes en el chile ahuyentan insectos y previenen su proliferación.
Tal vez puede parecer abrumador la cantidad de conocimientos que hay que incorporar para lograr un huerto urbano orgánico exitoso y la intención de este articulo es despertar tu curiosidad y animarte a explorar las posibilidad según tus circunstancias.
No te desanimes, como toda tarea, lo importante es comenzar y la práctica misma te guiara en el proceso. Por ejemplo, no es necesario que te vuelvas un experto en control natural de plagas, simplemente aprendes a controlar las que se van presentando en cada ciclo de cultivo. Tampoco es necesario que conozcas todas y cada una de las especies de plantas que se pueden cultivar, es mejor partir de las que a ti te interesan. De este modo delimitamos la tarea y la hacemos manejable a nuestra escala y espacio disponible.
Ejemplo en cajón de siembra
Se planta chile, ajo y/o cebolla en el perímetro del cajón o del huerto ya que estos ahuyentan algunas plagas y contribuyen a mantener saludables al resto de nuestras hortalizas en el centro del cajón como pueden ser acelgas, lechuga y hortalizas de hoja comestible.
Si quieres enriquecer el suelo de tus macetas con árboles frutales, puedes sembrar leguminosas como frijol, garbanzo, o lenteja, ya que estas fijan nitrógeno de manera natural en el suelo, enriqueciéndolo y nutriendo de manera natural a nuestros árboles y plantas, puedes realizar esta práctica antes de la floración y después de la cosecha para fortalecer a tus plantas.
No quiero concluir sin hacer énfasis en que el cultivo es tradicionalmente un quehacer comunitario, y esencialmente familiar ya que su origen es satisfacer parte o la demanda alimenticia del núcleo familiar. Tal vez por ello es también una práctica democrática e incluyente en la que todos podemos participar.
Los conocimientos necesarios son muchas veces empíricos y también existe mucha bibliografía y sitios de interés en la red (https://www.sembrar100.com/). Una bondad de estas práctica es que la mayoría del conocimiento es abierto y se comparte en internet, así es que anímate a entrar a foros para aprender de la experiencia de otros y compartir las propias. En el siglo XXI las comunidades digitales son tan valiosas como las geográficamente locales. Pero sobre todo, disfruta el proceso.
