
El pasado 20 de marzo llegó la Primavera, los jardines comienzan a llenarse de color, los árboles reverdecen, la alegría vuelve al entorno. Sin embargo, nuevamente será una primavera atípica, la pandemia hace que las personas sigan resguardadas, y disfrutar de los paisajes es complicado. Esto ha provocado muchos estragos en los más pequeños de la casa, y a veces es difícil que entiendan que desde casa la diversión puede seguir.
Una festividad que viene, casi inmediatamente al inicio de la primavera es la Pascua, donde hay una tradición poco arraigada en nuestro país que es la búsqueda de Huevos de Pascua, pero que podemos retomarla como el pretexto perfecto para que los chiquitines tomen un respiro escolar y tengan tiempo para sí mismos.
Esta tradición se remonta a los primeros cristianos, quienes consideraban el huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús. En la Edad Media cuando llegaba la Pascua, las familias realizaban el Festín de Huevo en el que consumían y regalaban huevos de gallina o patos decorados con colores como un símbolo de la vuelta de alegría a las familias.
Actualmente en países como Alemania se cuelgan los huevos en los árboles y en Letonia usan flores y semillas como arroz o lentejas para decorarlos en lugar de pintarlos. En Irlanda puedes comprar huevos de Pascua en todos los supermercados, en México la tradición va un poco más allá, los huevos se llenan de confeti y al encontrarlos se quiebran en la cabeza de otra persona que se encuentre jugando, lo que significa buena suerte para ambos.

En algunos lugares de Estados Unidos los niños se despiertan por la mañana del Domingo de Pascua para ver dónde se les ha dejado escondidos los huevos de chocolate. Ellos buscan los huevos por la casa y en algunos sitios se celebran competiciones para ver quién consigue encontrar más huevos de chocolate. ¡El que más encuentre se lleva un premio!
Tal vez para algunos, sea un festejo poco promovido en México, pero ante esta situación todo es válido, la idea es comenzar con un par de cascarones de huevo lavados, los cuales deberán ser decorados con colores, pinturas o plumones, con mucho cuidado, pues a veces éstos suelen ser muy frágiles ante manos ávidas de tener diversión.
Si la actividad se complica por esta situación, se puede recurrir a materiales como unicel, que tienen figuras similares que ayudan a tener un mejor control para que la diversión siga y no se detenga, pero sobre todo mucho más económicas y didácticas.
Así es como la mesa está puesta para poder recibir la primavera de la mejor manera y pintar de colores nuestra casa. ¡A buscar huevos de pascua! y premiar a quien más encuentre, no solo de colores llenaremos nuestro hogar, sino también de muchos sabores que nos harán gozar.
