
En la actualidad, las alternativas sustentables y amigables con el medio ambiente han tomado relevancia en la sociedad, uno de los conceptos que llegó para quedarse es el de huertos urbanos, un modelo de autonomía alimentaria que permite a quienes los desarrollan obtener productos orgánicos, frescos y listos para su consumo, además de ser una actividad que ayuda a disminuir el estrés, reconectarnos con la naturaleza y embellecer el paisaje urbano.
Y es que el concepto no es nuevo, en nuestro país las culturas mesoamericanas tenían un modelo de agricultura urbana conocida como chinampa, que era un tipo de balsas hechas de troncos y varas cubiertas de tierra en la que se cultivaban flores y verduras para alimentar a la población de los asentamientos indígenas, y al paso de los años principalmente en las zonas rurales existen los pequeños huertos familiares que proveen alimentos a las familias mexicanas.
Como concepto urbano, el antecedente que se tiene se relaciona con la Primera Guerra Mundial y el surgimiento de los “huertos para pobres” que buscaban coadyuvar con la situación de pobreza y vulnerabilidad en la que quedaron miles de familias después del conflicto bélico y que sirvió también además para la rehabilitación de áreas verdes en las ciudades.
Actualmente su desarrollo esta vinculado a atender necesidades contemporáneas, siendo una de ellas el fomento de la educación ambiental, creación de microclimas, mejora de la economía, autonomía alimentaria entre otros. De hecho, en 2017 el Gobierno de la Ciudad de México aprobó la Ley de Huertos Urbanos que permite la regulación y promoción de estos espacios a través de la Secretaría de Medio Ambiente y las alcaldías locales y este impulso la ha convertido en la segunda ciudad con más huertos urbanos en América Latina.
Los huertos urbanos son una iniciativa autogestiva, lo cual ha tomado relevancia ante la crisis de salud y económica, pues permite el acceso a alimentos a grupos que han visto mermados sus ingresos e incluso son espacios terapéuticos para olvidar el estrés en el que vivimos.
Tener un huerto o azotea urbana no es una labor sencilla, implica primero el compromiso de cuidarlo y permanecer atento para que puedas disfrutar de sus beneficios, a continuación, te enlistamos algunas recomendaciones o puntos de inicio a evaluar para iniciar la construcción de tu propio espacio:
Huertos
- Es necesario tener la superficie de la azotea bien impermeabilizada, pues cualquier planta generará humedad y podría afectar a mediano y largo plazo.
- Hay que informarse sobre qué hortalizas, verduras, o plantas se pueden sembrar. Cuál es su cuidado, tipo de semillas, riego, y necesidades.
- Es ideal iniciar con huacales o cajones de madera reciclada y tierra de composta para no gastar tanto dinero al inicio.
- Puede ser bueno buscar tutoriales online para aprender secretos y técnicas especiales para el sembrado y cuidado.
- Determina la forma de riego, al tamaño de tu huerto. Si es pequeño hazlo a mano, si es muy grande tendrás que buscar sistemas por goteo programados.
- Hay que podar y quitar algo de maleza de vez en cuando para evitar basura e insectos como arañas y otros bichos.
- Es ideal colocar mesas, sillas y muebles con madera dura que aguante las inclemencias de la intemperie tal como la teca sellada y tratada para el exterior. .
La terraza es para quien desea mejorar su azotea e invertir más dinero para tener un espacio con diseño verde y amigable; por su parte, los huertos nos dan la oportunidad de tener verduras, hortalizas, o plantas para consumo propio en cierto espacio de tiempo, siempre y cuando tengamos los cuidados adecuados, aunado a que esto nos permite tener un estado de vida con menos estrés, en el cual se puede involucrar a la familia, hijos y hasta a las mascotas.